Vestidos de novia flamencos.
- Nuria Martín Dávila
- 5 may
- 3 Min. de lectura
De la feria al altar.
Hoy arranca la Feria de Abril en Sevilla. Y aunque no vamos a poder estar allí, ni pisar el albero, ni brindar en una caseta, ni ver volantes moverse al ritmo de unas sevillanas, no queríamos dejar pasar la ocasión de rendir nuestro pequeño homenaje.
Porque sí, Dávila Eventos tiene alma sevillana. Y cuando algo te ha marcado desde la raíz, no hace falta estar presente físicamente para celebrarlo. Por eso, hoy hablamos de algo que nos toca de cerca: la forma en la que la moda flamenca está dejando huella en el mundo de las novias.
La moda flamenca 2025 no solo marca tendencia en el Real. Está entrando, sin pedir permiso, en el universo bridal.
Volantes más cómodos, encajes antiguos, tejidos con caída, detalles que antes eran solo para bailar sevillanas y ahora también se ven en bodas.
Sí, en las bodas de este año hay más duende que nunca.

Las pasarelas flamencas han dejado claro por dónde van los tiros. Y las novias lo están cogiendo rápido. Cada vez más mujeres se casan con vestidos inspirados en el traje de gitana. Algunas apuestan por el blanco total, otras por incorporar solo ciertos detalles: un volante bien puesto, una espalda con flecos, una manga con forma.

Esto no va de disfraces ni de hacer un “homenaje a Andalucía”. Va de llevar un vestido con carácter, con raíces, con historia. Y sí, también con estilo.
Aquí van algunos nombres que están haciendo mucho ruido este año:
Pilar Vera, con más de 40 años en la moda flamenca, ha vuelto a los orígenes con volantes en cascada, lunares y lino para hacer trajes más ligeros. Su línea nupcial mantiene el corte sirena, los escotes en V y los encajes de siempre, pero en blanco y con un punto elegante que funciona muy bien en una boda.
Aurora Gaviño sigue fiel a su mezcla de bohemia y flamenca. En sus trajes hay brocados, encajes antiguos y hasta pasamanería con inspiración oriental. Para novia, propone vestidos con aire hippie chic, capas de encaje y detalles dorados. Si buscas algo diferente sin salirte del sur, es una buena referencia.
Victoria, la firma nupcial de Vicky Martín Berrocal, es el ejemplo de cómo integrar volantes y cortes aflamencados sin caer en lo obvio. Vestidos sirena, escotes asimétricos, faldas con vuelo y tejidos con mucho movimiento. Flamenco, pero fino.
José Hidalgo no presentó colección nueva este año, pero sus diseños siguen marcando tendencia. Líneas limpias, volantes discretos y ese punto sofisticado que le permitió vestir incluso a la reina. Sus vestidos para novia suelen tener un aire flamenco muy sutil, pero siempre presente.
Javier García es uno de los que mejor traduce el traje de flamenca al terreno bridal. Trabaja por encargo y suele incluir volantes ligeros, mangas especiales y siluetas muy femeninas. No hace ruido, pero sus diseños están llenos de detalles que hablan por sí solos.
Ángela y Adela. Mezclan lo vintage con lo flamenco y consiguen vestidos en blanco con encajes, madroños y volantes que podrían estar en la Feria… o en una boda de campo. Son ideales para novias que no quieren lo típico.
Sibilina ha encontrado su hueco en bodas civiles y novias urbanas. Hacen flamenca moderna: líneas rectas, detalles puntuales, cero exageración. Vestidos blancos con un solo volante, flecos largos o escotes marcados. Mucho estilo sin complicarse.
Mi Abril, la marca de Lourdes Montes, trabaja el blanco flamenco con una estética muy limpia. Broderie, algodón suizo, volantes suaves y cortes clásicos que hacen que el traje de flamenca se convierta directamente en vestido de novia sin tener que tocarlo mucho.
Y así, sin hacer ruido, la moda flamenca ha cruzado del albero al altar. No para convertirse en tendencia pasajera, sino para quedarse. Porque cuando algo nace del corazón de una tierra, tiene esa capacidad de transformar y dejar huella. Y eso, las novias lo están entendiendo muy bien.
Feliz Feria. Aunque sea desde la distancia.